Sin título

Ayer.
Lo que daba el frío a la niebla matutina, 
agonizaba el Sol que rompía,
justo cuando los cuerpos se desatan para morir, 
la hora en que la manta es más fina que un párpado
y el sueño más duro que un puño odiando,
el año que nos chocamos contra el hielo, 
con ese montón de hojas que ya no definen la estación,
y la escarcha empieza a vestir narices. 

Volvióse ayer y nunca más el suspiro que escupo
en cada momento en que se desgarra la respiración, 
la nuez que nunca tuve en la garganta, 
la mirada que cuelga como gancho bajo los pulmones.

Volvióse ayer y nunca lo que nunca libaste, 
volvióse de mentira el cartón piedra que balbuceabas en mi oído
al borde de un interminable colchón, 
el cuadrilátero que estuve tanto tiempo pintando de rojo
con los restos de mis quicios, 
con el horror que incubaba y que tarda aún en salirme
por las orejas calientes, 
por las miradas color cuadrilátero, 
por el rictus que amuela el aliento, 
que hornea el aire que le rodea, 
porque arde, tiembla y asorda, 
porque sigue dentro y aguarda 
a que llegue el peor invierno.

Ayer y nunca volvióse 
el mes en que creímos hibernar para amar, 
en que soñamos cristales de bohemios, 
el invierno más oscuro, el que sorprende a los ancianos a contrapelo, 
el que atrapa a los amantes en distintas islas, 
el invierno que inmoviliza, amordaza, abriga y mata, 
este invierno, éste con nombre par, 
éste es el invierno de la Verdad...

Mereceré la Primavera. 

No a la crisis


A esta hora

Líquido y salado
rodaba, como rocío bajando por tus hojas.

Marea, va y ven. 
Me viniste, ya no respirabas igual.

A las cinco, o casi las seis de la tarde, a esa hora éramos. 

Tus ojos cosidos,
mi nuez izada, 
el revés del silencio, 
el bien del prójimo, la próxima parada y tus palmas florecidas.

Un sondeo, decían,
son de otros, decían, 
nosotros no, decían, 
no vayas, decían,
no vengas, te dije. 

Pero la marea sabe ir y venir,
no desaprende.

Eran las seis, todas juntas, contigo alrededor,
con los derroches y lo que sobra de cada abismo. 

Los que dicen que no moriremos

Agarrado al poste, atravieso con picudas pupilas los párpados que se entreabren, aprieto los dientes, a veces no encajan, y noto cómo se desprenden los cabellos, cómo azotan materiales que se graban en mi piel, y pasan los segundos, las ráfagas y los escupitajos de hiel. El prójimo mira y consiente, se añade a la barbarie. 

Malparimos, vociferamos mientras obramos en contra de nuestros deseos y finalmente cosechamos miseria, mediocres cocientes que resultan de dividir nuestra desidia por la mitad de las ganas que tenemos de matar a nuestros freudianos padres. Pero no hay agallas, ni branquias, ni siquiera unas aletas fuertes que nos permitan salir del marasmo de esta pesadilla acosadora. Mientras nos aferramos al último clavo ardiente, el que se nos clavó en el ombligo y aún creemos que nos puede ayudar. Lo único que conseguimos es doblarnos sobre nuestro propio eje, y dar vueltas, pretendiendo ser tan inocentes como el perro que se busca la cola. 

Al menos el perro sabe cuándo reparte sus excrementos por ahí. Nosotros tiramos la mierda y escondemos la mano, miramos hacia otro lado, fingimos y echamos la chapa del chiringuito. Ya otros tirarán lo que ha de ser nuestro, los residuos de la miseria que nos sobra. Nos daremos la vuelta, levantaremos nuestra barbilla y seguiremos fingiendo estar en la brecha de la virtud. Porque cerramos el pasado con la espalda, aunque la espalda esté mancillada, si no nos la vemos, no importa. 

Avancemos, demos otro giro a la Tierra, busquemos una nueva Luna, que ésta se nos ha acabado y empieza a tener demasiados poemas a su nombre. Se me hace como la mujer que veo todas las noches en los mismos bares, que habla con todos y no se queda con nadie, ya me sé su nombre y sus peculiaridades, ya me sé sus tatuajes y sus modelitos... siguiente, ésta me aburre. Así se nos hace la Luna. Se nos hace poco divertida, se me han acabado los cráteres para ponerles nombres de personas cuyo nombre no es el mío. 

Busquemos a otras personas, otra Madre y otro Diablo, tal vez encontremos la nueva combinación de protagonistas que nos demuestren que aún le queda mucho a los historiadores por interpretar, muchas tesis doctorales sobre nosotros mismos y nuestro ombligo, el pozo sin fondo, el que nunca se llena, el que da para escribir 800 páginas en 6 años, que luego debo recortar porque una tesis en realidad no debe ser de más de 300 páginas, lo han dicho los señores de barba blanca y gafas que se reúnen con con miniportátiles y dietas por kilometraje. Ea pues, a partir de ahora la historia debe escribirse en menos tiempo, seamos más sencillos, más fáciles de identificar y con menos proezas que narrar... pero muy efectistas. Que las ideas, queridos todos, tienen que ser escuetas, catalogables, debemos poder ordenarlas alfabéticamente y traducirlas a un código binario lleno de ceros y unos para que todo el mundo se pueda enviar nuestras vivencias por bluetooth cuando muramos. 

Cuando muera el epitafio no lo escribiré yo, no. Un señor con toga y puñetas habrá dictaminado que no estaba en plenitud de mis facultades cuando escribí la presente. Debido a eso, en mi epitafio no pondrá "Vive mientras puedas, haz vivir, vive honestamente contigo, que no te quiten la paz, vive la paz". 

No, ya os lo anuncio: en mi epitafio, lamentablemente, habrá un código bidi para descargarse el link de mi biografía, autografiada ésta  mediante firma digital y un lamentable politono imitando un nocturno de Chopin, con el que mirar hacia la puesta de Sol, sobre la que se recorte la Peña de Francia...todo ello en 3D, claro. 

Ése es ahora el concepto de la inmortalidad. 


Nota: "bidi" no está en el diccionario. Inmortalidad sí. 

Episteme

Sabían las tablas dónde pisábamos. No se rebelaban. Aceptaban pasivas nuestras violentas huellas de polvo gris sobre el pulido negro. Más allá de los focos, en la nebulosa de falso humo, flotaban los ojos, que sólo se dejaban adivinar sin mirarlos fijamente. 
La voz percutía. Sentíamos con todo el cuerpo, y aun con el aire, las miradas y fluidos que éste despedía, quisiera o no. 

Más sabía el tramoyista, más el coletero en mi muñeca, más sabía el atrezzo derramado, mucho más, repito, que ninguno de nosotros. Porque no podíamos saber más, porque no asimilábamos más, porque nuestra misión era despedir, emitir, lanzar y proyectar... No podíamos saber más. 

Cuando paré, la basura estaba en las bolsas, los besos se habían dado, alborotado se hallaba cada cabello en el entorno, cansado se había el telón de tanto trasiego, cegados los espejos, cerrado el grifo... Me volqué en mis rodillas, no podían temblar porque las paraba el suelo. Mi pecho las protegía y mi espalda pedía no erguirse. 

Cuando paré pude reanudar el saber, que se parece tanto al saborear, a la certeza y al perpetuo fin de la discusión. 

Era agradable saber. Era agradable pero vertiginoso. Quien ya sabe no tiene más remedio que decidir. Quien decide elige un Camino. Quien elige un Camino es porque ya ha puesto un pie en él. Quien pone un pie en el Camino se le entrega. Entregarse es valerse de coraje. El coraje impulsa. El impulso hace avanzar. Quien no avanza no sabe si ha acertado. Es agradable saber. Es agradable saber ahora de los aciertos.

Agradable es saber ahora lo que las tablas ya sabían. 

Iñaki, el artista callejero sigue sorprendiéndonos

Hace mucho tiempo que no damos noticias de nuestro artista callejero favorito, Iñaki. Pero no es que nos hayamos olvidado...¡Ni mucho menos!
Iñaki se expande, igual que su creatividad y espontaneidad. Tal vez os hayáis fijado. Su arte abstracto invade nuestro casco histórico y los transeúntes seguimos admirados de la facilidad con que se inspira, y de la docilidad con que doma las paredes vacías, ahora completas gracias a él.
Este vasco de pura cepa, que se ha pateado Francia, es experto en forja artesana. En base a esta disciplina sigue elaborando sus exclusivas esculturas.
Pero el arte que ahora le caracteriza es el que nos enseña orgulloso en los muros de nuestra Ciudad de Piedra. Iñaki comenzó por la plaza del Corrillo, siguió por la Rúa, a distintas alturas de esta calle, en la Calle Meléndez y algunas otras esquinas donde aún no está terminada su obra y que esperaremos a mostrar.
De momento Iñaki se muestra satisfecho, comenta:"La gente pasa, pregunta, y yo disfruto el doble, creando y haciendo nuevos amigos".
Iñaki no pide, sólo recibe y agradece...pero sobre todo crea y disfruta.
Desde MPM os invitamos a que saludéis a Iñaki, seguro que os devolverá una sonrisa, sabiduría y amistad.
También os invitamos a que nos enviéis fotos vuestras con él...
Iñaki, por favor, sigue en la Ciudad de Piedra.


Lo que hubiera sido

Se arrastraba. 
Reíamos.

Se cansó de arrastrarse y aprendió a caminar.
Nos preguntábamos si se perdería.

Se cansó de caminar, y aprendió a correr.
Nos preguntábamos si se caería.

Se cansó de correr y aprendió a volar.
Nos maravillábamos de lo que vería.

Ahora sabe arrastrarse, caminar, correr y volar. 

El resto envejecemos en el palco.
Sabemos fumar, beber, cotillear y observar con los anteojos. 

Ojalá hubiésemos puesto nuestro codo en el suelo cuando aún podíamos.

Quién decide

Yo decido. Malinterpreto tus palabras a posta, las tergiverso y te vuelvo loca para provocarte y que montes en cólera. Luego me hago el loco y pergenio alguna broma sarcástica que logre sacar de ti la peor versión de tu persona que pueda imaginar. 


Yo decido. Te miro con ojos candeales y recorro tu rostro como si al tiempo la acariciara con la ternura de mil narcisos despedazándose al roce. Para cuando quieres echarte en mis brazos sólo esgrimes ronroneos y escenas de dulzura irrepetibles. 


Yo decido. Decido no hablarte cuando me preguntas qué me pasa, decido contarte, tras mucha insistencia por tu parte, algún trauma infantil que es igual que todos los que se relatan en los manuales psicológicos, pero que, por el hecho de narrarlo yo, te parece único. Decido que esta tarde tú vas a ser mi terapeuta, porque sé que no te puedes mantener al margen.


Yo decido hasta qué punto quiero contar con tu compañía. Decido que vas a esperarme. Decido que hoy toca silencio. 


Ahora tú, querida madre, sí, ahora tú decide si vas a cambiar el testamento y desheredarme. 
Decide si acaso no soy más que un hijo caprichoso al que ofrecer amparo, o si tal vez soy apenas un alma perdida de aquéllas a las que Herodes permitió engendrar descendencia.  

El sentido

Vivíamos en la penumbra que sólo otorgan los relojes parados.
Mientras el sol tejía y destejía tras la ventana
el tapiz de nubes que sólo descifra quien sabe soñar.


Y el perro no ladraba.


Bebíamos de la sombra que guarda dentro cada armario.
Al otro lado del cristal los patos querían ser cisnes
y nadaban hacia atrás,
hacia los desasosegados quince años.


Y el gato no se lamía.


Volábamos sin alas a ras y en mudas miradas.
En la calle las Iglesias cambiaban de color y empezaban a pinchar. 


Y el vendaval era sólo de viento.


Nos despedimos del olfato, la vista y el tacto.


Y la palabra lo gobernó todo. 

Ciudad de Piedra 08-06-2012


Bulle, convulsiona y se derrama por sus calles.
Una tarde cualquiera explotaron las puertas de los hogares
y cada paisano salió a la calle.
Desde entonces se expande por los baldosines, sin posibilidad de vacío.
El goteo de almas y miradas alimenta la voracidad de las terrazas.
El pintor callejero sigue grabando cada muro.
El mobiliario urbano cobra su sentido,
Los caminantes se chocan con sus prisas.
Bongos, quejidos telefónicos, tunos y despedidas de...adiós...

Dentro de los muros, en el útero de la Ciudad de Piedra, la Verdad sigue siendo atronadora.

Ella, ajena, sigue gestando.
Ella sigue creando pretéritos,
al ritmo del libar de las abejas,
oscura como Sus entrañas antes de abrirlas.
Su sosiego: escalofriante.
Su eternidad: insomne.
Late rotunda.

Yo me siento en Su piedra.
Coloco una mano sobre otra.
Cierro los ojos.

De margaritas y botellas

Por José Antonio Gutiérrez Caballero


¿A qué huelo? ¿En qué lodazales me he revolcado?
¿Con qué me ensucié todos estos años?
¿Acaso queda algo limpio en mí?

Nadie se dió cuenta de mi prístino talón de Aquiles.
Tropezaron con él una y otra vez.
Hoy es el día en que lo tengo roto de tanto mostrarlo,
de tanto presumir de talón limpio.

Me pregunto si repartí bien las cartas, si a todas les puse franqueo,
o si tal vez equivoco el destinatario,
o acaso las mando como botellas en procesión acuática y titubeante.
Me pregunto si acaso no he enviado margaritas dentro de las botellas.

Si acaso las margaritas han sido devoradas por cerdos,
o si simplemente se las llevó la marea de besos, de pechos, de lechos, de roces deshechos,...

Me pregunto si me queda alguna primera vez, o si ya gasté el bono.
Me pregunto quién eres tú,
que avanzas insinuante y colocas tus pezones en mis ojos,
al tiempo que te peleas con mi cinturón.
Me pregunto si eres tú la anónima que recogió mis margaritas en silencio.

Me pregunto si en tu almacén de braguitas mojadas conservas un botellero
con margaritas de diversas cosechas.
Si por las noches sacrificas botellas,
o si simplemente las clasificas y las guardas .

Me pregunto si...

si esta margarita única y raquítica que me queda en el regazo
va a yacer para siempre sobre mis piernas,
o si es la única que entregaré en persona
a su legítima destinataria:
a ti, mi Sirena Recogebotellas.

Dibujar en la arena

Son así las cosas de verdad, las que dejan poso, las que arañan la boca del estómago.
Son así, igual que las azarosas moléculas de agua que a veces cazo semidesnudo en la orilla.
El hecho cierto es que me paso la vida desesperado por cazar sensaciones al vuelo, fotografiarlas, escribirlas, poner puertas al campo y hacer jardines en medio de la selva. Busco ser omnipotente y creer que el paso del tiempo del que tanto se dolía Machado no es más que una excusa para otros maniatados a las manillas del reloj manido. 

Pero no, el tiempo me quita la razón. El tiempo me retira las experiencias y me las vuelve a cubrir de arena, como si no hubiese nunca dibujado con mi dedo ningún nombre, ningún castillo de naipes acuosos y salinos. El tiempo se desploma sobre mi cabeza cada vez que cierro los párpados. Me dice que un día más ha transcurrido desde aquéllo que vivimos desaforados y en comandita, compartiendo y bajo conjunciones astrales irrepetibles, drogados por la fortuna, parpadeando en un morse destinado a no verse reproducido de nuevo.

Tengo tanto miedo de instalarme en este miedo y empobrecerme de poco en poco.
Tanto miedo de ennegrecerme los dedos con las hojas del calendario.
Tanto miedo de comparar...
Tengo tanto miedo de que lo que vivo no sea real, sino sólo una percepción, un deseo de vivir algo bello y permanente, algo que sea indeleble y pueda recrear cualquier domingo mortecino por la tarde.
Tengo tanto miedo del tempus fugit...

Sin embargo la arena en la que dibujo es la que llena los relojes, la que da sentido al futuro, la que hace valioso cada instante. La arena es la única con la que puedo construir castillos semidesnudo, la única que se queda entre mis dedos

No quiero repetir secula seculorum una vida de cuento de hadas en la que todo sea de azúcar y por tanto todo lo mismo...entonces, ¿qué carajo quiero?

Quiero vivir despierto, consciente de cada paso que doy, de cada paso que das cerca de mí, conciente de cada latido y cada aliento, no quiero perder detalle de cada suelo que se me mueve. Deseo ser sensible a los reclamos de la intuición cada vez que me apedrea la nuca. Deseo pisar fuerte en la arena de la playa una y otra vez, tantas veces como vengan las olas. Así, cuando llegues, verás cuál ha sido mi sendero y al menos podrás decidir si seguirlo, si reinventar nuevos dibujos en la arena.

El Día de Hoy

Doy gracias y digo de nada.

Desde el mismo momento en que soplé y me intoxiqué con la misma capa de polvo que cubría los legajos cada década que hoy profano. Polvo formado por mierda, por piel y pelos, por ácaros y madera triturada. Doy y recibo. Esa es la vida.

Muchos dicen, opinan y escriben sobre ello...yo sólo pienso en el plano empírico, que es el que me puedo permitir. El plano en que mis manos soban y constatan la realidad de Santo Tomás, la de "si no lo veo no lo creo"; la que me tatúa el Universo ese, que dicen que implosiona y se expande; la puta realidad que me descuajaringa la espalda, porque ya son unos años; la realidad que me metes una y otra vez con fruición mientras...mientras me cuentas mentiras para poder meterme la vida una y otra vez más y más...
Como no leo, seguramente no digo nada nuevo sobre esta realidad que a todos nos hace iguales ante los ojos de la materia. Puedo pensar que es una materia suave o rugosa, pero al fin y al cabo, no deja de ser una piedra con forma de lija que me está robando las células muertas y creando polvo.
Y los cultivados vendrán, me lincharán, y objetarán sobre cada uno de mis improperios dirigidos a la vida. Me contarán historias sobre cavernas, sobre el lobo y el hombre. Me preguntarán el color del cristal con que os miro a vosotros, espejos volubles de mi realidad. Algún que otro despistado se aventurará a explicarme que todo funciona a raíz de mi percepción, que yo soy yo y mis circunstancias, que la fe y la razón son dos furcias pegadas a la misma moneda y las puedo tratar según me nazca...
Puede que un día ponga los pies en la Tierra y descubra que la realidad es más plana que mi encefalograma, que Copérnico murió justamente, que Galileo era un fantoche,... Puede que no haya tantos universos paralelos y simultáneos, que todos sean uno. Puede que este polvo que estoy respirando -y que va a generarme una hepatitis por intoxicación de realidad- no sean más que restos de otras realidades que otros percibieron y no supieron digerir.
Y yo, mientras, limpia que te limpia, ordenando por métodos bibliográficos recuerdos que no son abarcables. Males de ojo que obvié, juicios que dicen que gané, pulsos morales contra la indecencia que hoy anidan en mi colon irritable, amores hechos de milhojas que se deshicieron al primer mordisco, petardas que preguntan por qué me pongo tan mona, ocupas de mi agenda que dicen ser mis íntimos, familias deshechables...
Y con todo este conglomerado de torbellinos emocionales, yo me pregunto si vale de algo el polvo que ennegrece mis dedos. ¿Es necesario? ¿Acaso me lo merezco? ¿Debí zafarme de las vivencias que hoy ensucia? ¿Fueron realidad los capítulos de mi biografía o tan sólo una percepción? Este tapiz, esta nube que acabo de soplar... ¿Acaso no era mejor que reposase en el incierto orden que dicen que agrupa las moléculas? ¿Acaso no es mejor dejar de formar recuerdos para después no necesitar ordenarlos?
Voy a probarlo una temporada. Viviré el presente y formatearé mi disco duro.
Luego no me preguntéis qué tal me ha ido, porque seguramente no lo recuerde. Tal vez elija el Día de la Marmota para repetir eternamente. O mejor, elegiré el 27 de Marzo, me planto en este día, que además, es el Día Mundial del Teatro... No está mal, ¿no?

Silencio




Es o no es. Un concepto absoluto.

Se ha esfumado con mi primer tecleo...

Es mi moneda de cambio ante tu insulto, lo que me regalaste por mi declaración a los quince años, lo que te lancé cuando te ibas...

La respuesta de mi Dios, el anciano al marchar los nietos,

la biblioteca del sabio,

el milagro que acompaña a la mirada y lo que le introduciría a mi vecina la cotilla directo por vía anal.

Hay quien sabe manejarlo, quien no lo soporta y quien lo mata a base de televisión sin espectador.

Tengo pocos amigos con quien compartir en paz este tesoro, y muchos conocidos a quienes podría sustituir por él.

Lo que queda ahora en la Plaza de los Indignados, lo único que quedó por decir ese domingo tras mi voto.

El secreto de mi cerebro en ebullición, mi banda sonora cuando te lamo.

Por el día suena a apacibilidad soleada, por la noche muchos lo sienten lúgubre y en desasosiego.

En invierno se me mete como escalofríos punzantes desde la Catedral, directos a la nuca y lleno de nostalgias. En verano simplemente me aburre.

...Pero lo adoro, y últimamente, cuando lo encuentro, le saludo con un hondo y significativo inflado de pecho, lo inhalo hasta las entretelas y agradezco tener oídos para saborearlo como se merece.

Y ahora, hazme un favor:

Escucha a esta calle y...¡Cállate!

¿Me escuchas?

Yo no digo nada, no protesto, tan sólo quería comentarlo. Bueno, pues eso, que igual que tú me llevas hablando todo este tiempo de lo mal que está la vida y de que te has liado con la tía que no te presentado porque me la quería tirar yo...en fin, para un poco y déjame hablar a mí... Que sí, que ya sé que no tienes cuerpo, que me llamas para contarme tus penas porque escucho bien, porque además no me importa hacerte terapia gratis sin haber leído en mi puta vida ni a Freud ni a Jung, y sin si siquiera haber visto la peli que acaban de poner en el cine sobre ellos (que yo creo que debe ser un purazo de mucho cuidado)... Vale, vale, espero un poco más, vale y entonces qué decías, que tienes problemas...sí, ¿que crees que no te la quieren ni mirar? ¿y por qué? ah, que no te gusta ni a ti mismo, bueno, eso sí es un problema... Y la coreana que... Bueno, qué narices, esto no es como para deprimirse... ya, es que era un poco fea, y que una tía así no te la quiera mirar...sí, pero no fea interesante ni expresiva, fea de las que ni conociéndolas te paracen guapas, de las que ni con photoshop, pero... Bueno, entonces, ¿qué es lo que buscas? Ya: amor, amor del verdadero, y que te la puedan mirar sin poner caras raras, ya, hijo, es que si no te la cuidas, ... ¡AAAAhhhh!!! Que me estabas hablando de tu nariz. Ya... y por eso estás triste. Mmmmm...pero es que se nos está acabando el café, y... no me has dejado contarte, que el que te he llamado he sido yo, y claro, aún no me has preguntado siquiera cómo estoy. Sí, te prometo que cuando acabe el proyecto te llamo y me vuelves a poner de tus rollos-que-quieres-hacer-relaciones-pero-no-los-conviertes-en-relaciones-porque-lo-que-en-el-fondo-deseas-es-que-no-sólo-te-la-miren-ah-no-que-hablabas-de-la-nariz-pues-eso-que-no-tienes-relación-porque-lo-que-quieres-es-zumbártelas-a-todas-por-orden-alfabético.


Por fin, me toca.


Coño, me iba a poner yo poeta melancólico e inspirado, te iba a hablar yo del nudo que tengo en la garganta desde hace unos días y que me hace llorar hasta con la música del telediario...me has cortado el rollo. Eso, que estoy de bajeras. ¿Pedimos una birra a ver si se me pasa?

Premios te da la vida





Recibir sin haber pedido es uno de los grandes placeres que nos otorga la existencia.

Recibir un premio proporciona la placentera sensación de que lo que transmitimos tiene un eco positivo.


Mi País de las Maravillas encarna hoy la alegría por ser galardonado con el premio:



Con el pecho henchido de ínfulas, este País, que vosotros, queridos paisanos pobláis y enriquecéis con vuestra grata presencia, agradece a Siempre Alter este precioso reconocimiento.



Para poder corresponder a este gesto de premiar la inspiración, el único requisito consiste en responder al siguiente cuestionario con el ánimo de conocer a los autores de los blogs.



La autoría de este blog es una cuestión de escasa importancia, no así el contenido MPM. Por ello, aprovecharé este cuestionario para exponer una declaración cierta de intereses y preferencias.


Serie a la que te has enganchado últimamente:
Ahora ya no importa, porque nadie la puede ver, y menos en V.O.S.


Una ciudad:

Ciudad de Piedra


Un capricho cumplido:

Escribir porque sí.


Un lugar para enamorarse:
Él Huerto de Calixto y Melibea.


Un objeto del deseo:
Los detalles desapercibidos.


Una isla:

La Isla del Soto (Santa Marta de Tormes). Qué buen paseo en otoño...


Un diseñador:



Una fruta:







La de temporada, ahora, la mandarina (foto: Cristina Otero).


Una cadena de TV:
¡Quitad las cadenas a las TV, dejad que se liberen y emitan en V.O.S.!


Un complemento:
Un botón charro, no importa el formato.








Lo mejor de TV:
Cuando consigue arrancarnos carcajadas.


Un plan de domingo de otoño:
Leer en el Alcaraván.


Postre favorito:

Rosquillas de yema







La última canción que se te instaló en la cabeza:
Ternura macarra (Andrés Sudón)


Una actriz:
Itzíar Gutiérrez


Un actor:
Roberto García Encinas


Una revista:
Reader's Digest


Un sueño:
Que todos seamos capaces de ponernos sombreros, gorros, pañuelos... con naturalidad.


Ultimo vicio:
Perderme de blog en blog.


Lo que me molesta:
Las quejas no constructivas


Blanco o negro:
Negro sobre blanco, o mejor: morado sobre blanco.


Tu mayor fobia:
Que la sensibilidad desaparezca


Tu color favorito:
Malva


Tu animal:
El marrano de San Antón


Día de la semana:
Lunes de Aguas


Perfume que estás usando:



Tienes las uñas pintadas:

Siempre hay alguien con las uñas pintadas...





Última vez que usaste sombras:
Coincide con la última chimenea que encendí.


Mi pasión:
¿Sólo una? Mi pasión es dar tienda suelta a la pasión.


Mi prenda favorita del otoño:
Una cinta de San Blas. Malva, a ser posible.


5 Hábitos extraños:

Cantar por la calle.

Dar dos besos besando, no poniendo la mejilla.

Apuntar nombres extraños.

Caminar mirando al cielo y a lo alto de los edificios.

Llenarme la boca de







Este País quiere otorgar el Premio "Tu Blog me Inspira" a los siguientes ganadores, a los que aprovecha para informar de que están incluidos en "Otros Países para visitar":


















Un abrazo sincero a todos los galardonados y a los demás paisanos.

Amanece en la Ciudad de Piedra 29-01-2012

Los amaneceres en la Ciudad de Piedra en
ocasiones afectan al comienzo de todo un año.

Las auroras boreales, inquietas y semovientes jalonan las esquinas a finales de Enero.

Hoy se nos abrió la paleta de grises en la retina. Quedaron sembrados los arcoiris que decorarán el resto del año los recovecos. Sólo lo captaremos los observadores quedos.

Así pues, quedan inaugurados para el presente año las tonalidades:
azul cénit,
negro capa charra,
rojo Mariquelo,
amarillo estrellas del cielo de Salamanca,
naranja piedra de Villamayor al atardecer,
verde encina,
granate beca de los tunos,
blanco folios de estudiante,
malva Mi País de las Maravillas...

Ciudad de Piedra 24-01-2012

Hemos sido testigos de la primicia:

Consecutivas, no en pareja, sino en coordinado planeo,
gallardas y bicolores,
atravesando con precisa línea recta la Plaza,
en dirección de la Mariseca,
opuestas a mi vuelco en el corazón,
previas a San Blas y con rama de futuro nido en el pico.
Las dos primeras cigüeñas anidando en la ciudad.
Bienvenidas.

Tú serás mis cenizas



Me ardes, belleza,

me inflamas y te ramificas por mis brazos,

directa hacia mi bolígrafo.

Me acosas,

y, al tratar de complacerte, belleza,

te apagas como la luciérnaga detrás de mi jardín.

Sé que permaneces, pero burlas a tu cazador.

Desolado, vuelvo a mi puesto de vigía,

búho obsesivo,

poste en la oscuridad...

Yo oigo por dentro el tambor del nervio, inaplacable.

Expectante,

gasto energía al acecho, gasto energía en balde.

Y tú, belleza,

que nunca fuiste compasiva, ni siquiera te despides,

eres una castigadora y prefieres abofetearme en sueños.

Haces alarde de tus ubres en flor...

pero no me amamantas, y quedo

ávido,

comisuras bajas,

niño solo desnudo dibujando esquemas en la arena,

torpe con mi dedo, vago con mi bolígrafo,

envidioso de los que sí fueron lactantes.


¿Qué no te di yo?

¿Qué dos monedas pides?

¡Yo las doblo, con los dientes o con mis pestañas, si hace falta!

Vuelve, belleza: quémame por dentro.

Hazlo ahora y yo prometo que no dejarás nada.

Tú serás mis cenizas.

Podrás devolverlas al jardín

donde cada noche te busco.

Ciudad de Piedra, visitando paredes...

Venid hasta el borde, les dijo.
Tenemos miedo, podríamos caer.
Venid hasta el borde, les dijo.
Ellos fueron.
Los empujó...y volaron.

Guillaume Apollinaire.

PD: ¿¿¿¡¡Poesía!!??? A mí tú no me llamas eso en la cama...

Ciudad de piedra 18-01-2012

Anoche en la Ciudad de Piedra:
Las farolas presentes, reunidas en asamblea muy extraordinaria a medianoche, previa convocatoria efectuada en tiempo y forma, acordamos lo que a continuación e expone:
Que somos harto capaces de lucir de la más bella manera se nos esté o no se nos esté contemplando en ese instante;
Que la estampa que al unísono ofrecemos al observador, si es que éste existe, no depende del estado de ánimo del mismo sino de lo que se nos antoje traducido en telepatia eléctrica;
Que somos ajenas a los aplausos, así como a los apedreamientos espontáneos;
Que nuestro mandato se reviste de inamovibilidad en el cargo, esté quien esté dentro del edificio de las banderas;
Que no protestamos contra nada porque estamos como queremos y exactamente donde queremos;
Que esta noche volveremos a lucir para que veáis lo que hay a vuestro alrededor,

En la Ciudad de Piedra, a 17 de Enero del año del fin de las profecías.



Si (R. Kipling)

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida;
si en ti mismo tienes una fe que te niegan
y nunca desprecias las dudas que ellos tengan;


si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si, engañado, no engañas;
si no buscas más odio que el odio que te tengan...


Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres;
si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano;
si tropiezas con el triunfo, si a la cumbre llega tu derrota
y a estos dos impostores los tratas de igual forma;


Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado;


si vuelves al comienzo del trabajo perdido,
aunque esta obra dure toda tu vida;
si arriesgas al momento y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era;


Si logras que nervios y corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas;


si hablas con el pueblo y guardas tu virtud;
si marchas junto a reyes a tu paso y tu luz;
si nadie que te hiera llega a hacerte una herida;
si todos te reclaman, y ninguno te precisa;


si llenas un minuto envidiable y certero
de sesenta segundos que te lleven al cielo...
toda esta Tierra será dominio tuyo
y aún mucho más, serás hombre, hijo mío.

Iñaki, el artista callejero de la Plaza del Corrillo


Iñaki es un hombre sencillo, encantador y emocionado con las paredes que le piden nuevas creaciones.




Un día se decantó por regalarnos con la magnífica composición que ahora podemos ver en la Plaza del Corrillo, detrás del kiosko, bajo los soportales. Él no deseaba que esta pared quedara desnuda y destinada a lamentar el transcurso del tiempo sin negocio en su interior. Los propietarios de este local ya le han animado a que siga pintando la pared contigua, que pronto estará terminada.



Actualmente Iñaki desafía el frío y las incógnitas a base de inspiración. Ésta le ataca a horas indefinidas pero siempre oportunas. Mientras crea, Iñaki nos anima con un sencillo cartel a que colaboremos para surtirle de materiales.



Iñaki nos ha contado que no sabe utilizar bien los ordenadores y... por eso no puede colaborar en este Grupo de Facebook, pero está informado de su existencia y agradece los apoyos y la difusión de su obra.



Este artista nos ha comentado que se ofrece para pintar todo tipo de superficies, por precios muy modestos, armado de sus pinturas, sin boceto previo y con sinceridad en las manos y en la mirada.



Desde MPM apoyamos a Iñaki y os animamos a que os unáis a este Grupo, a que opinéis sobre su obra al aire libre y aplaudáis esta espontaneidad. Son iniciativas de este tipo las que hacen que nuestra Ciudad de Piedra sea un poco más Maravillosa.

Ciudad de Piedra 13-01-2012

Ayer era viernestrece en la Ciudad de Piedra y se vivió lo siguiente:
Un pingüino,
Dos pingüinos,
Un casco rodando a lo arbusto en el lejano Oeste,
Tres pingüinos,
Juguemos al tenis en la Plaza a medianoche,
Cuatro pingüinos resbalando en el hielo d la fuente,
Cinco pingüinos echando futbolines a pie de andamio en calle Meléndez...
La Luna era un pingüino que apenas se ve...me voy a buscar un estudiante sin ojeras en Enero,
seguro que es más fácil que alcanzar calor sin ser pingüino.

Ciudad de Piedra 9-01-2012

Dos mujeres en procesión salían de las tiendas hipnotizadas por el arte escaparatista y se preguntaban: ¿Quién le ha sacado brillo al suelo de la Plaza del Liceo? El frio viento les contestó:
He sido yo, he besado al agua que flota entre vuestros idedos y se ha desplomado en forma de espejo. Si seguís mirando hacia el suelo podréis comprobar que vais vestidas igual.


Ciudad de Piedra 06-01-2012

Los padres pasearán a sus niños y sentirán lo de siempre;
los niños pasearán a sus juguetes y sentirán lo que nunca.

Ciudad de Piedra, 05-01-2012

El día de hoy consistió en una noche.
Durante ella me convertí en salmón, caminando en dirección opuesta a la Plaza.

El nuevo concepto de ir de tiendas...


Hombre salvado por la campana


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