Anoche en la Ciudad de Piedra:
el espontáneo desconocido vestía con surrealismo una pared desnuda en la Plaza del Corrillo,
2 ancianos se cogían las dos manos,
tres chicas iban en monopatín noctámbulo por lo peatonal,
cuatro barrigudos seguían su Víacrucis hacia el cuarto bar de chatos...
y entre tú y yo mirábamos cinco pantallas a la vez.
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