Anoche en la Ciudad de Piedra:
Las farolas presentes, reunidas en asamblea muy extraordinaria a medianoche, previa convocatoria efectuada en tiempo y forma, acordamos lo que a continuación e expone:
Que somos harto capaces de lucir de la más bella manera se nos esté o no se nos esté contemplando en ese instante;
Que la estampa que al unísono ofrecemos al observador, si es que éste existe, no depende del estado de ánimo del mismo sino de lo que se nos antoje traducido en telepatia eléctrica;
Que somos ajenas a los aplausos, así como a los apedreamientos espontáneos;
Que nuestro mandato se reviste de inamovibilidad en el cargo, esté quien esté dentro del edificio de las banderas;
Que no protestamos contra nada porque estamos como queremos y exactamente donde queremos;
Que esta noche volveremos a lucir para que veáis lo que hay a vuestro alrededor,
En la Ciudad de Piedra, a 17 de Enero del año del fin de las profecías.
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