Líquido y salado
rodaba, como rocío bajando por tus hojas.
Marea, va y ven.
Me viniste, ya no respirabas igual.
A las cinco, o casi las seis de la tarde, a esa hora éramos.
Tus ojos cosidos,
mi nuez izada,
el revés del silencio,
el bien del prójimo, la próxima parada y tus palmas florecidas.
Un sondeo, decían,
son de otros, decían,
nosotros no, decían,
no vayas, decían,
no vengas, te dije.
Pero la marea sabe ir y venir,
no desaprende.
Eran las seis, todas juntas, contigo alrededor,
con los derroches y lo que sobra de cada abismo.
rodaba, como rocío bajando por tus hojas.
Marea, va y ven.
Me viniste, ya no respirabas igual.
A las cinco, o casi las seis de la tarde, a esa hora éramos.
Tus ojos cosidos,
mi nuez izada,
el revés del silencio,
el bien del prójimo, la próxima parada y tus palmas florecidas.
Un sondeo, decían,
son de otros, decían,
nosotros no, decían,
no vayas, decían,
no vengas, te dije.
Pero la marea sabe ir y venir,
no desaprende.
Eran las seis, todas juntas, contigo alrededor,
con los derroches y lo que sobra de cada abismo.
1 comentarios:
Bello.
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