Escalofrío y Muerte recorren mi espalda al paso,
se coordinan entre sí,
y compiten para llegar primero a mi nuca.
Anoche soñé con Ella,
me miraba a los ojos y me comprendía,
"porque las dos somos mujeres", decía,
y yo callaba.
No vengas a buscarme de día,
porque eres seductora,
y pretendes a los que son como yo,
los que vivimos en blanco y negro
y soñamos a todo color.
No vengas, te pido, con el alba,
que aún me queda todo el día
y deseo inflarlo de color.
Y a la tarde,
cuando te sienta detrás,
cuando te confunda con otro escalofrío
y sólo acierte a cubrirme la espalda,
procuraré sentarme donde siempre,
frente a frente con el Sol de poniente,
para que me infle de colores,
para que Tú me perdones por hoy,
para que bajes de mi nuca,
para que marches en paz,
para que sólo muera este día.
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