El viento, la lluvia y los últimos rayos de Sol anuncian la retirada de los últimos cuervos de esta temporada. Hermosos levantan el vuelo y ennegrecen el cielo con su partida para dejar espacio a las nuevas y mágicas crías que están por venir y que anuncian la brisa de hojarasca otoñal.
No todo puede brillar, no todo y no siempre.
Sólo puede haber luz en medio de la oscuridad. Eso me enseñas cada vez que me miras a los ojos e iluminas mi vida toda entera, con permanencia y retando a las sombras que bajan mis párpados.
Después de unas cuantas ignoradas Lunas, por fin se puede decir que las noches son estrelladas, que el amanecer apaga las pesadillas de ayer, que nuestros castillos ya no son de arena y que innumerables Primaveras nos esperan si aprendemos a degustar la escarcha de cada Invierno.
He salido del lago, sin nada que perder, ni siquiera la ropa, despertada por la esperanza, que dicen que es tan mala, pero que a mí me hace caminar, e incluso trotar por una cuesta hacia abajo, con falda azul y larga, cabello al viento asalvajado y latir en tono de tambores de conquista.
Qué bueno es elegir la nueva piel, sana, limpia y perfumada del verde del campo, del olor de tu risa, y dar la bienvenida a los nuevos cuervos, que dicen que son buenos augurios para quien los encuentra al paso.
No todo puede brillar, no todo y no siempre.
Sólo puede haber luz en medio de la oscuridad. Eso me enseñas cada vez que me miras a los ojos e iluminas mi vida toda entera, con permanencia y retando a las sombras que bajan mis párpados.
Después de unas cuantas ignoradas Lunas, por fin se puede decir que las noches son estrelladas, que el amanecer apaga las pesadillas de ayer, que nuestros castillos ya no son de arena y que innumerables Primaveras nos esperan si aprendemos a degustar la escarcha de cada Invierno.
He salido del lago, sin nada que perder, ni siquiera la ropa, despertada por la esperanza, que dicen que es tan mala, pero que a mí me hace caminar, e incluso trotar por una cuesta hacia abajo, con falda azul y larga, cabello al viento asalvajado y latir en tono de tambores de conquista.
Qué bueno es elegir la nueva piel, sana, limpia y perfumada del verde del campo, del olor de tu risa, y dar la bienvenida a los nuevos cuervos, que dicen que son buenos augurios para quien los encuentra al paso.
1 comentarios:
Precioso. Abrazos espanhois.
Salud.
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