Para afrontar un lunes de otoño primero hay que pararse a madrugar, mirar el último fin de semana y evaluar. ¿Hice lo que quería hacer? ¿Aproveché bien las horas, la cama, la ropa, la comida, los amigos, las sonrisas y las palabras? ¿Estoy sonriendo tontamente mientras lo rememoro? Si la respuesta es "sí", entonces inmediatamente siento que merezco otro fin de semana. Hasta él, necesito reunir los puntos necesarios para y tener el derecho a sacarle el máximo partido. Porque los fines de semana, no son más que dos días y medio como cualesquiera otros días, pero conllevan muchísimo significado para los que podemos disfrutarlos a nuestra medida.
Mientras, la semana se antoja caprichosa e incierta, puede que sea rápida o eterna, pero pasa igual, y no se puede pensar en ella, como en ninguna porción del tiempo como algo para matar, para cerrar fuerte los ojos y rezar a que pase. Yo estuve mucho tiempo matando semanas, descuartizándolas cada noche de diario y menospreciándolas. Pero el tiempo de esfuerzo y trabajo es el que da sentido y el que proporciona tanto placer al tiempo de ocio y descanso.
A menudo recuerdo los veranos de la niñez y la adolescencia, cuando al final de agosto me moría de ganas por volver a merecerme los fines de semana, cuando el descanso y el asueto se tornaban cúmulos y engrudos de aburrimiento y escasez de inventiva para rellenarlos y conferirles sentido.
Lunes no es gris, es un amanecer y un reseteo de fuerzas, una oportunidad para merecer la recompensa y un detonante de la valentía de cada uno.
Buen lunes, buena semana, buen reto.
2 comentarios:
Muy realista y bonito esto que dices... El mes de Noviembre es justo esto ;-) Animo que el fin de año se acerca con sus días entrañables ;-)))
Venga, mucho ánimo!! y cuando estemos bajos de moral, mantita, sofá y azúuuucar!!! :-)
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