Camináis machacando la Tierra,
yo os veo y morís,
primero por dentro, lentamente,
y al fin por fuera.
Camináis derrochando vida en las cunetas,
en la vereda de cada rastro,
sin mirar vuestro suelo,
sin hablar con quien habláis,
sin oler lo que inhaláis,
ni siquiera estando donde estáis.
Y todo huele a verde oscuro.
Camináis y yo muero viéndoos,
queridos odiados nocturnos.
Lo peor es no poder levantar la lágrima
que sólo sabe caer,
igual que la cabeza,
que los pechos y los párpados,
con una gravedad corporal que viene más allá de la terrestre,
pues si de verdad fuerais terrestres,
queridos odiados,
sabríais llegar al martes sin derribarme.
Casi peor es veros cerca,
tan cerca que estáis conmigo,
con el mismo trasiego y la misma
Madre.
yo os veo y morís,
primero por dentro, lentamente,
y al fin por fuera.
Camináis derrochando vida en las cunetas,
en la vereda de cada rastro,
sin mirar vuestro suelo,
sin hablar con quien habláis,
sin oler lo que inhaláis,
ni siquiera estando donde estáis.
Y todo huele a verde oscuro.
Camináis y yo muero viéndoos,
queridos odiados nocturnos.
Lo peor es no poder levantar la lágrima
que sólo sabe caer,
igual que la cabeza,
que los pechos y los párpados,
con una gravedad corporal que viene más allá de la terrestre,
pues si de verdad fuerais terrestres,
queridos odiados,
sabríais llegar al martes sin derribarme.
Casi peor es veros cerca,
tan cerca que estáis conmigo,
con el mismo trasiego y la misma
Madre.
1 comentarios:
Muy hermoso, cargado de fuerza. Aunque yo preciso de poesía "blanca" para poder captar bien los significados. Un placer leerte esta belleza.
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