Ya no quiero ser la que baja la escalera.
No bajaré si no quiero,
no si no lo considero,
no si no lo merezco.
Si hubiera nacido varón,
si hubiera sido agraciado
con la bendición
de un halago,
por mi arrojada actitud,
por mi empaque y mi vigor,
habría sido sutil afeminado.
Si hubiera nacido morena,
me teñiría de rubia.
Si alta,
iría encorvada.
Si guapa,
afearía el rostro.
Porque si sigo haciéndome
al sentir ajeno,
vago por el desierto,
por lo desconocido que no tengo,
por lo que no soy
y no siento.
Cambio mi cuerpo por ti,
para que aplaudas,
cambio mi mente por ti,
para que admires,
pero sé que no aplaudes
ni me admiras a mí.
Sé que bates palmas
para que baile al son
que marcas de refilón,
al ritmo que te sobra,
al sentir que no te importa.
Y yo,
cual necia seguidora,
me hago rubia, encorvada y fea.
Y yo, que sólo era una niña,
quería ser tu amiga, caerte bien, jugar contigo.
Y tú arrojaste tu mirada al suelo,
cambiaste de tema,
dejaste de aplaudir,
y bajé la escalera.
Ya no más.
Te lo digo.
Yo, no más.
No bajaré si no quiero,
no si no lo considero,
no si no lo merezco.
Si hubiera nacido varón,
si hubiera sido agraciado
con la bendición
de un halago,
por mi arrojada actitud,
por mi empaque y mi vigor,
habría sido sutil afeminado.
Si hubiera nacido morena,
me teñiría de rubia.
Si alta,
iría encorvada.
Si guapa,
afearía el rostro.
Porque si sigo haciéndome
al sentir ajeno,
vago por el desierto,
por lo desconocido que no tengo,
por lo que no soy
y no siento.
Cambio mi cuerpo por ti,
para que aplaudas,
cambio mi mente por ti,
para que admires,
pero sé que no aplaudes
ni me admiras a mí.
Sé que bates palmas
para que baile al son
que marcas de refilón,
al ritmo que te sobra,
al sentir que no te importa.
Y yo,
cual necia seguidora,
me hago rubia, encorvada y fea.
Y yo, que sólo era una niña,
quería ser tu amiga, caerte bien, jugar contigo.
Y tú arrojaste tu mirada al suelo,
cambiaste de tema,
dejaste de aplaudir,
y bajé la escalera.
Ya no más.
Te lo digo.
Yo, no más.
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