Pareceré una maníaca, y un tanto "borderline", pero hay cosas que veo hacer a la gente y me hacen erizar los pelos de la nuca de tanto gustirrinín que me dan. Nunca lo había contado, o sea que podría decirse que esto es poco menos que una exclusiva.
Igual que a Amélie le gusta meter las manos en los sacos de legumbres, a mí me encanta mirar o presenciar ciertas cosas. No sé si confundirlo con excitación, puede que no lo sea. Pero cuando veo que pasan estas cosas, de repente me fundo con el asiento, me relajo y disfruto como una enana.
Por ejemplo, me encanta ver a alguien sacando fotos, con calma, buscando la imagen exacta. Un silencio, una atención prestada y volcada sobre el objeto, una espera, y... ¡click!. El culo se me hace gaseosa, ¿qué le voy a hacer? Da igual quién lo haga, me encanta.
Otra situación es cuando acompaño a alguien que va de compras, a comprar ropa. Al contrario que yo, que voy a tiro fijo, con una lista férrea de prendas anotadas en la cabeza, entro en la tienda, saqueo, me pruebo, desecho, pago y me voy. Pues hay personas totalmente antagónicas a mi sistema. Entran, observan, inspeccionan cada prenda, la tocan, la miran, comprueban sus detalles, los comentan, completamente concentrados en el objeto, y... ¡No la cogen! Así con la siguiente prenda. Cuidadosos y atentos a un objeto inanimado, eso... me provoca cosquillitas en la nuca y es mejor que cinco valerianas en vena.
También me relaja escuchar (ni siquiera mirar) a alguien que lee un periódico concentrado. Las salas de espera para mí, comprenderéis que son la bomba. Una persona, da igual joven o mayor, guapo, feo, o alta... Se sienta, agarra un periódico y comienza a leerlo. Yo miro al frente, pero veo a esa persona con el rabillo del ojo, lo concentrada y relajada que está (porque para leer y concentrarse siempre hay que estar relajado), y de repente, totalmente ajena a todo, pasa una página, lentamente, deleitándose en el movimiento y yo en el sonido del ruidoso papel... ¡Qué relax! Y otra página, y otra... con los periódicos gratuitos el entretenimiento, claro está, me dura menos. Con un libro la hoja no suena tanto. Pero con los periódicos de fin de semana... tengo entretenimiento para rato.
Hay más cosas que me encantan, pero el colmo para mí es cuando alguien coge algo que tengo yo, un peluche, un libro, un cuaderno que me hayan prestado. No tiene ni por qué ser mío. Tal vez es porque alguien presta atención a algo que tengo en mi poder y que interesa... ¡Algo mío que interesa! Hago como que ignoro cuando alguien lo mira o lo revisa... Pero me muero del placer... Cosquillitas en la nuca.
¿Creéis que todo esto es extraño? ¿Os pasa algo parecido? Como éste es un blog de expansión literaria y terapéutica, he pensado que alguien podría darme su opinión. No hago mal a nadie, ¿verdad? Es algo involuntario, pero sigue siendo extraño... Os invito fervientemente a opinar.
Un abrazo a los que me leéis, y una bienvenida a los que me leeréis, jejeje, menos mal que no os estoy viendo, que si no...mmmmm.
1 comentarios:
Hola Amiga de los sencillos places... Mira que es dificil sucumbir a las cosas sencillas. Siempre nos parecen cosas insignificantes las que más placer nos dan... Es como el empleo, siempre lo dan las PYMES, las grandes multinacionales son las que se llevan la pasta y la gloria ;-)) Pero en el caso de las cosas hemosas, lo grande y grandilocuente no suma, es más es insulso y poco poético. A nadie se le ocurriría decir que algo masificado y desproporcionado le causó algo íntimo y real, a lo mejor miedo o descoloque si... Pero delante de la masa eso si lo grande lo mejor juassss. Me alegro mucho de que tengas controlados tan bien esos pequeños y sencillos productores de cosquillitas, y a cuidarlos antes de que piersan su saborrr. Vente pa la qdada que aun estás a tiempo. De momento 11 almas llenas de gusto por reencontrarse...¿Habrá una 12?
Besitos familiares
Publicar un comentario
¿Qué opinas tú?