Hacia adelante,
sin mirar hacia la izquierda, donde está ella,
ni a la derecha, donde aún sigue él.
Sólo se puede vivir mirando al frente,
de vez en cuando la mirada baja
a la que siguen los renaceres.
Pero presta cautela,
en ocasiones el camino se desdibuja
y se funde con el de él y ella.
No puedes pararte,
no ves, el suelo se desdibuja
y crees dar pasos ajenos,
incluso crees desearlos.
Vuelve, intrépido, vuelve al sendero
por donde tus huellas te siguen
sólo a ti.
No le mires, no la mires,
sólo, de vez en cuando,
deja caer tus suspiros para tomar impulso.
Si labras cada pisada por ti mismo,
si sudas la vida a cada aliento,
si vives en tu piel sin ansiar la de otros,
te harás dueño de tu destino.
sin mirar hacia la izquierda, donde está ella,
ni a la derecha, donde aún sigue él.
Sólo se puede vivir mirando al frente,
de vez en cuando la mirada baja
a la que siguen los renaceres.
Pero presta cautela,
en ocasiones el camino se desdibuja
y se funde con el de él y ella.
No puedes pararte,
no ves, el suelo se desdibuja
y crees dar pasos ajenos,
incluso crees desearlos.
Vuelve, intrépido, vuelve al sendero
por donde tus huellas te siguen
sólo a ti.
No le mires, no la mires,
sólo, de vez en cuando,
deja caer tus suspiros para tomar impulso.
Si labras cada pisada por ti mismo,
si sudas la vida a cada aliento,
si vives en tu piel sin ansiar la de otros,
te harás dueño de tu destino.